Cada mes era como una estaca que caía sobre mí sin piedad, proporcionado un dolor insoportable…
Estaba en sud América, en concreto, Rio de Janeiro, me encontraba en una vieja casa abandonada, donde podía consumirme de dolor yo solo…
… pasaba los días como podía, me comunicaba con mi familia cada pocos meses, y pensaba continuamente con… ella. Intentaba hacerlo lo menos posible, pero no podía, recordar su lindo rostro hacia que me sintiera un poco mejor.
Ya que ahora ella sería feliz, encontraría alguien que le amara no tanto como yo, pero lo encontraría y podrá hacer una vida normal, no se tendría que preocupar de si se hace algún rasguño o si se cae, de pronto sonó el teléfono móvil interrumpiendo mis pensamientos. Era Esme, la verdad es que hacia semanas que no me comunicaba con mi familia.
-¿Edward?- preguntó con ansiedad.
-¿Si?- mi voz sonaba con agonía.
-Cariño, ¿Por qué no nos has llamado?
-Ehh…- no sabía que decirle.
-Edward podrías venir- me dijo al ver que no decía nada.
-Por favor no, no empieces- le supliqué.
-Es que te echamos mucho de menos- se le quebró la voz.
-Lo siento mamá no te ponga así, lo siento.- me disculpé.
-No pasa nada amor- me dijo con ternura.- pero no quiero que nos cuelgues el teléfono.
-Yo lo siento, pero es que a veces no puedo ni hablar y no me gusta que os sintáis mal por mi culpa- admití.
-Edward, debes de intentar seguir hacia delante, no puedes estar así una eternidad- se equivocaba, si que podía hacerlo.
-¡¿Edward?!- oí que decía Alice, acababa de llegar.
-No, ella no…- las llamadas telefónicas de Alice, ya que siempre la conversación terminaba nombrándome a ella.
-Eh si, dijo Esme ignorándome.
-Pásamelo- dijo Alice eufórica.
-Hola hermanito- me dijo contenta.
-Hola Alice- intenté que mi voz sonara lo mejor posible.
-Menos mal que te has decidido a coger el teléfono- me dijo un poco molesta.
-Lo siento, Alice- le dije con sinceridad.
-No pasa nada- parecía que estaba llorando.
-Ei no te pongas triste.
-Como no quieres que me ponga triste Edward, te has visto como estas, hablas como un muerto, no sales de esa maldita casa y te pasas horas y horas encerrado, solo sales cuando tus ojos se ponen negros a causa de la sed, como no quieres me ponga así- dijo mientras se le quebraba la voz, debía de estar todos lo días mirando mi futuro.
-Perdóname Alice…
-No estoy enfadada, sabes?-cuando decía que eso es que lo estaba.
-Esta bien… no lo estas
-Sabes que?- no me gustaba su tono.
-Que?
-Mañana te voy a visitar
-No creo que lo hagas
-Por que no?
-No creo que te apetezca venir a la otra punta del continente a pata.- ahora estaba siendo molesto a posta, no quería visitas.
-Por mi hermano haría a paso de humano si hiciera falta- juró.
-Lo sé, pero entiéndelo, quiero estar solo.
-No, no quieres estar solo y ella tampoco- no no no, ya empezaba.
-Para o cuelgo- amenacé.
-No seas estúpido, te crees que ella es feliz no, pues no lo es y tú tampoco.
-Te he dicho que no mires más su futuro Alice.- era una cosa que le había echo jurar, le dije con rabia.
-Pufs…- resopló, se había delatado ella misma.
-Y si no es feliz verás como se olvida de todo, los humanos son así y punto.
-Bella nunca te olvidará- dijo las palabras separadas y claras, la primera palabra hizo que mi corazón se retorciera. Comencé a respirar más de prisa de lo normal, aunque no hiciera falta, pero me estaba poniendo nervioso y sin darme cuenta estaba temblando.
-El futuro cambia- le recordé, mientras intentaba reponerme.
-Déjalo estar no quiero discutir contigo.
-Está bien, hasta otra Alice.
-¿cómo que hasta otra?
-quiero decir hasta dentro de unas semanas
-No fastidies Edward, bueno de todas formas te voy a llamar y no me cansaré.
-Lo sé… venga adiós.- le dije.
-Cuídate Edward- me dijo ahora con amabilidad- puedes venir siempre que quieras.
-Lo sé y mándale besos a los demás.
-Esta bien, chao Edward.
-Adiós Alice- finalmente colgué el teléfono.
Era de noche, mas o menos las dos de la madrugada, debía de irme, ya que mañana iban a derrumbar el antro donde me encontraba. Fui explorando la zona hasta llegar a un pueblo ubicado a las afueras de Brasil, di con un edificio donde vivían cuatro familias una en cada piso, yo me situé en el sótano, pequeño y asqueroso, para un humano.
Me senté y como siempre situé mi cabeza entre las rodillas, y cerré los ojos, cada vez que hacía esto veía a Bella sonriéndome, perdonándome... joder, debía dejar de pensar en ello, me confundía yo mismo…
No sé cuanto tiempo podía aguantar más, se me pasó la posibilidad de pasarme por Forks, para verla a ella, solo para saber si estaba feliz, ella no se enteraría de mi estancia, no, no podía hacer eso me juré a mi mismo que desparecería.. Pero no podía, ella era peor que una droga, el no poder notar su calidez, no poder tocar su cabello con aroma fresal, no poder mirar sus deslumbrantes ojos chocolate… todo eso era imprescindible para mí…
Joder era mejor que parara de pensar… sentí que mi corazón se retorcía, aunque fuera imposible…
Pasaron mas semanas, y cuando estaba en el bosque de caza… sentí un aroma asquerosamente familiar… -Victoria- gruñí para mis adentros, pero de repente perseguí el olor, traspase la frontera de Brasil, hasta llegar a la costa de de Bolivia… en el mar se perdía su rastro, volví a intentar una y otra vez pero cada vez, que lo intentaba su rastro aparecía en otros sitio, sinceramente no era un buen rastreador. Finalmente volví a mi normalidad… es decir, volvía al antro del sótano donde había estado semanas atrás… debía civilizarme un poco. ¿O quizás no?, no, no era buena idea el verme echo un salvaje, asustaría a mi familia, pensarían que había enloquecido, y lo había echo, por falta de amor.
Era de noche y había luna nueva… detestaba las noches de luna nueva, pues me recordaban a algo bastante doloroso, el abandono de ella…
Apoyé la cabeza en la pared y me susurré a mi mismo:
-Es un crimen abandonar al ser de tu existencia… ya que vas muriendo poco a poco… hasta quedarte lleno de agonía.
De verdad era posible que un corazón que no hubiera latido hace tiempo, y que había llenado de vida ¿dejara de latir ahora?...
lunes, 24 de agosto de 2009
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario